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Easy Rider

Texto de Jill Newman | Fotografía cortesía de Hermès
Casi 200 años después de que la Casa Hermès comenzara a fabricar sillas de montar, la armoniosa conexión entre el caballo y el jinete continúa.

Hermès es ampliamente conocida en los círculos de la moda por sus codiciados bolsos Kelly y Birkin, pero la emblemática casa comenzó con su primer cliente: el caballo. En 1837, Thierry Hermès fundó un taller de arneses y talabartería en París, pionero en la fabricación de sillas de montar ligeras, esculpidas y, al mismo tiempo, extraordinariamente resistentes, algo imprescindible en aquella época.

Casi dos siglos después, Hermès sigue fabricando sillas de montar a medida utilizando las técnicas originales de su fundador, cada una de ellas elaborada de principio a fin por un único artesano en los talleres de la casa en París y Normandía. Cada silla de montar comienza con el caballo, que se mide meticulosamente para lograr un ajuste preciso. A continuación, se construyen prototipos para disciplinas ecuestres específicas, como la doma clásica y el salto.

«La silla de montar es el trait d'union. Es lo que une al caballo y a su jinete».
—Chloé Nobécourt, directora de Equestrian Métier, Hermès

Es un arte, uno que el Sr. Hermès perfeccionó para forjar una conexión perfecta entre el caballo y el jinete. «En definitiva, una buena silla de montar es aquella que te hace olvidar que estás montando», afirma Chloé Nobécourt, directora del métier ecuestre de Hermès. «A veces tienes la sensación de que las patas del caballo son casi las tuyas. Es una sensación increíble».

Aunque entre los clientes de Hermès se encuentran jinetes de élite como los medallistas olímpicos Jérôme Guery y Rodrigo Pessoa, los aficionados también adoran las sillas de montar tradicionales de la casa, quizás incluso más de lo que los amantes de la moda adoran sus bolsos Birkin. Muchos clientes incluso regresan al taller de París para rastrear los orígenes de sus propias sillas de montar, que se han registrado en un libro de contabilidad manuscrito desde 1909.

Cada encargo personalizado se elabora en el histórico taller de Hermès, situado en el número 24 de la Rue du Faubourg Saint-Honoré, en París. En este lugar y en el taller de Normandía, los maestros guarnicioneros dedican entre 25 y 35 horas a la fabricación de una sola silla de montar. El cuero se estira y se martillea con tachuelas para garantizar una superficie lisa. Las herramientas tradicionales del oficio que fundó el Sr. Hermès no han cambiado en los últimos 188 años.

Todos los detalles están cosidos a mano, una técnica que requiere precisión y fuerza física para perforar el grueso cuero. Las sillas de montar están fabricadas con piel de vacuno resistente y piel de becerro más flexible para crear una bonita pátina con el paso del tiempo.