Un día ideal en las pistas, trazando surcos en la nieve virgen y levantando nieve para crear una imagen digna de una película de esquí, depende de lo rápido que puedas llegar a la montaña después de una tormenta. Por lo tanto, planificar unas vacaciones de esquí en el momento perfecto puede ser un deporte en sí mismo. Si calculas bien el momento, encontrarás la nieve polvo de tus sueños. Sin embargo, si calculas mal, el terreno podría estar helado, o peor aún. En Utah, sin embargo, las probabilidades están a tu favor: la nieve perfecta es casi un hecho, y la ciencia lo respalda.
La historia de la incomparable nieve de Utah no es un mito; es un legado que comenzó en 1960, cuandoThe Salt Lake Tribune Tom Korologos se deshizo en elogios sobre la región intermontana de su estado natal, de 600 millas de largo, 2,5 millas de altura, y la bautizó como «La mejor nieve del mundo».La primera vez que se utilizó este eslogan, ahora icónico (y muy literal), no fue una fanfarronada, sino un hecho discutible, y Korologos aportó algunas pruebas meteorológicas para respaldarlo.
En otras palabras, la nieve de Utah es realmente mejor que la de casi cualquier otro lugar del planeta, y todo se reduce a las dos C. La consistencia «blower powder» (nieve polvo), que es como los esquiadores llaman a la nieve seca que se puede soplar desde el guante como si fuera un diente de león, y las condiciones siempre buenas. En promedio, hay 500 pulgadas de nieve polvo fresca esparcida a lo largo de inviernos prolongados que suelen abarcar desde finales de octubre hasta finales de abril. Incluso en años por debajo de la media en otros lugares, la nieve es épica: los dos últimos inviernos trajeron una cifra récord de 1531 pulgadas, lo que supone el total más alto en dos años en la historia de Utah.
Todo ello lo convierte en la meca del esquí, hasta tal punto que profesionales como la esquiadora alpina estadounidense y dos veces olímpica Kaylin Richardson se trasladaron a Park City por ello.
«Aquí nieva como en ningún otro sitio: se puede esquiar en nieve polvo dos días después de una tormenta, a veces incluso tres, lo cual es algo insólito. Y una vez que se prepara la pista, rara vez se hiela», afirma Richardson. En resumen, añade: «Si quieres ir sobre seguro y elegir un lugar donde sabes que la nieve va a ser buena, Utah es el lugar ideal».
Además, es lo suficientemente espacioso para todos: profesionales como Richardson, principiantes en su primera peregrinación por la nieve polvo y todos los esquiadores intermedios. Actualmente, Utah cuenta con más terreno esquiable que cualquier otro estado, y sus más de 30 000 acres esquiables combinados no dejan de crecer. Deer Valley Resort, donde Goldener Hirsch, Auberge Collection, se encuentra enclavado en la mitad de la montaña, a pocos pasos de los telesillas de Silver Lake Village— se encuentra en proceso de una expansión de dos décadas, lo que lo convertirá en una de las estaciones de esquí más grandes de Norteamérica, y Powder Mountain ha anunciado una transformación de 20 millones de dólares que incluirá la incorporación de un parque de arte único en su género en las pistas, inspirado en el Storm King Art Center de Nueva York.
En 2034, la nieve perfecta de Utah se mostrará al mundo cuando el estado acoja los Juegos Olímpicos de Invierno. (Tanto Goldener Hirsch como The Lodge at Blue Sky, Auberge Collectionestarán en el centro de la acción de los Juegos, con eventos que se celebrarán desde Midway hasta Deer Valley y Salt Lake City).
Tanto dentro como fuera de pista, la textura de la nieve de Utah —y el rápido acceso a sus estaciones de esquí de primera categoría— no se parece a la de ningún otro lugar del mundo. El terreno es inigualable, afirma el pionero del esquí extremo Dan Egan.
